Unos 80 niños con diferentes grados de discapacidad visual de dos escuelas montevideanas tienen sus propias computadoras. Las escuelas Nº 198, ubicada en Pablo Zufriategui 990 (Paso Molino) y Nº 279 de Ricardo Palma 3375 (Maroñas) se integraron al Plan Ceibal.
|Gorriones. Rápidamente los niños mostraron su capacidad.
Jorge Luis Borges, ya ciego de un ojo y "percibiendo algunos colores del otro", dijo el 3 de agosto de 1977 en el Teatro Coliseo de Buenos Aires: "la gente se imagina al ciego encerrado en un mundo negro. Hay un verso de Shakespeare que justificaría esa opinión y dice 'Looking on darkness, wich the blind to do see; (mirando la oscuridad que ven los ciegos). Si entendemos negrura por oscuridad, el verso de Shakespeare es falso'".
Ayer 50 niños nos enseñaron los colores. Cincuenta niños, algunos ciegos, y otros con baja visión, demostraron que no existe la oscuridad, y que el color negro significa otro color tal como proponía el poeta argentino. "La de ellos es verde, y la de ustedes es gris y negra", le dijo una maestra a una niña muy pequeña que preguntaba "¿de qué colores son?". La niña contestó después "entonces son lindas", y sonrió, y apretó una tecla de su nueva computadora y la prendió.
Ayer en la tarde, una escuela pública de Paso Molino estaba de fiesta. Las maestras recibieron a los padres y les explicaron los cuidados básicos de las computadoras. Ellos, los niños, tan sólo esperaban que el trámite de rigor la entrega de la cédula y la firma de los padres pasara rápido.
Irina en segundo año, no esperaba más. "Yo creo que con este botón se prende" dijo y de inmediato prendió la computadora, y no dudó en explicarle a su madre algunos detalles. La madre descubrió sorprendida y sin entender cómo su hija ya tenía adquiridos conocimientos sobre el uso de esta nueva herramienta.
Aprendiendo a mirar
"Soy un gorrión, soy un gorrión" cantaban las cinco niñas de quinto año a capela, sin desafinar ni un poquito, Mientras tanto, algunos padres ocultaban sus lágrimas a las cámaras de televisión que recorrían en lugar. En el gimnasio de la Escuela Especial para discapacitados visuales de Paso Molino, donde se hizo un sencillo acto con algunos padres, la presidenta de Primaria Edith Moraes, tres medios de prensa y los niños que ya no querían más solemnidades porque sabían que al volver a clase, ahí estarían sus laptops sobre la mesa.Cuando los niños estaban de vuelta en la clase, la lluvia había parado a las 13.30 horas y en Paso Molino sonaba debajo del viaducto un tren de carga pesado y metálico, en la escuela, Cristian de nueve años estaba ansioso: "Acá va el cargador" le dijo a Mariela, su madre. "Estaba muy ansioso por este día, ya que esperó mucho para que le dieran la laptop".
Cristian está en segundo, y tiene baja visión. "Voy a jugar porque me encanta" explicó a LA REPUBLICA mientras sus dedos recorrían el teclado de un lado para el otro.
Los niños con ceguera total esperaban la ayuda de sus padres, o maestros aunque algunos estaban dispuestos a demostrar que no existe la oscuridad y que el color negro es un color más.
Entonces, prendían sus computadoras, y los sonidos los guiaban, y niños con baja visión se empeñaban en seguir buscando las posibilidades que les daba su computadora. Y todos juntos compartían el momento aquel en el que en la escuela, los alumnos les enseñan a los demás que se puede mirar con algo más que los ojos.
Y las sonrisas frente a una pantalla se iluminan y todos sonríen a la vez en un festejo lleno de colores que se ilumina más cuando Irina que descubrió como prender su laptop, se acerca a una compañera a tratar de ayudarla a prender la suya.